La reconfiguración tardía de la conciencia ausente.
Mientras tanto... ¡felicidades para todos!... CU...
El Cambio Climático es el principal vector de impacto en las políticas públicas mundiales. Los diferentes elementos que lo componen, permiten un abordaje de síntesis y transformación que se dirige al corazón de las problemáticas que enfrentan todos los gobiernos, personas y organizaciones. Es el lenguaje común, la emergencia de palabra, escritura e imagen en la prehistoria. Tarde claro, pero al fin.
Comencemos por señalar tres áreas de impacto que condicionan -inconscientemente- las prácticas de interpretación de lo real, a partir de la irrupción sensible del Cambio Climático y que debieran convertirse en brújula y mapa de navegación de política.
Uno: la constatación inmediata, sin mediaciones ni fetichismos de mercancía, de la globalización: el planeta es uno, y es un sistema: lo que se hace en un lugar, afecta en otros lugares. El aleteo de la mariposa, revisitado.
Dos: la introducción de la noción de largo plazo, también de manera real. Nuevamente sin mediaciones como sostendremos ocurre en el caso de la planificación tradicional. Las políticas (siempre en la perspectiva de la "triple hélice": gobierno, empresa, academia) se ven impelidas a realizar modelos, proyecciones, down-scaling, y adecuar sus acciones en períodos de tiempo de 20, 50 y 100 años.
Tres: La configuración de equipos multidisciplinarios. La introducción masiva, de variables extremadamente complejas que provienen de campos disciplinarios dispersos, solicitan de la confluencia de puntos de vista distintos, que se complementen en unidades organizacionales operativas.
Dos otros criterios de contexto, y que forman una primera infraestructura sobre la cual los anteriores principios encuentran origen y escenario de representación, son el fastuoso desarrollo y masificación de las tecnologias aplicadas y la extrema desigualdad con que se reparten riqueza y poder, a todos los niveles, como relaciones entre paises y dentro de los mismos, entre las personas.
La confluencia entre estos elementos y la sucesión de eventos extremos catastróficos, en un mundo cada vez mas poblado, con demandas mayores de recursos en la misma medida que se hacen mas escasos, lleva a que el divorcio entre quienes sufren la realidad en el cuotidiano de sus existencias (que en rigor, aunque de diferentes maneras, somos todos) y las representaciones políticas que hemos llegado a dotarnos, sean también crecientemente insatisfactorias.
La instalación de un diálogo fructífero -en términos de supervivencia de las especies, la nuestra incluída-, entre todos, al interior de las naciones, que se reproduzca efectivamente en las representaciones internacionales , se transforma velozmente y en si mismo, en una dimensión ética. Como el Cambio Climático.