sábado, 15 de mayo de 2010

“q-gov” (Quantum Government – Gobierno Cuántico)

Y ahora con ustedes…

Este texto considera que los acelerados cambios que vive la humanidad, hacia formas y contenidos cada vez mas complejos de relaciones entre distintos órdenes y niveles de cosas, nuevos relaciones y formas de percibir y comprender el mundo, impactan y modifican todos los campos en los que se desenvuelven nuestras actividades. Las organizaciones no sabrían ser ajenas a este proceso y por cierto, tampoco el gobierno. Planteamos que los niveles de incertidumbre que estos desarrollos adquieren en la misma medida en que se hacen mas complejos, permanecen velados, porque no tenemos el marco teórico y referencial que nos permitian considerer su evolución. Así, creeemos que la referencia al salto epistemológico que significó para la mecánica clásica la emergencia de la física cuántica, es del mismo orden de magnitude de de lo que está ocurriendo en los procesos de gobierno, nos permite encontrar elementos de contrapunto teórico y avanzar hacia la resignificación de lo real.
Pensamos que ésta realidad particular, se encuentra alimentada básicamente por tres elementos que aquí ocuparán un lugar central: la introducción masiva de tecnologías de información y comunicación en el espacio social en general y en el gobierno en particular, la internacionalización de los procesos y sus dinámicas comprensivas y los cuerpos legales con que se trata de ordenar un movimiento caótico. Por cierto, ésto se produce en un escenario dónde también se reconfiguran las relaciones de los cuerpos que lo conforman: ambientes, organizaciones, personas. Tecnologías, personas, medios, meme combat…

Generalidades de la inmediatez.

Una cuestión a la que nos han acostumbrado los enfoques de la Antheory es que las modificaciones de los espacios sociales en virtud de la introducción de las nuevas tecnologías es permanente y que resulta imposible establecer a cuál de las modificaciones introducidas, se debe tal o cual manifestación de cambio: el conjunto se vuelve así indeterminado.

Pierre Levy, nos había advertido, que las organizaciones mentales se modificaban de acuerdo a las épocas por las que atravesábamos y que así, a Internet correspondería un estadio de búsqueda de conocimiento mucho mas afin al de los “cazadores recolectores” del estado pre-agrícola, que al del conocimiento científico, basado sobe una lógica de reconocimiento de la sucesión de estaciones, como ocurre desde la revolución neolítica y la incorporación de la agricultura.

Norbert Wiener, por su parte, nos anticipaba en 1949 la visión de una realidad social en que transformaciones y seres transformados se articulaban en una nueva interfase que sobre la evidencia de las convergencias tecnológicas, 50 años después Fukuyama podría con propiedad llamar sociedad post-humana.

Desde la publicación de Antropología Estructural -que por su lúcida percepción de totalidades y la insuperable definición de la necesidad de incorporar la subjetividad al análisis de una realidad que nunca dejaría de ser el constructo de mundo exterior, pensamiento colectivo y psiquis individual, bien podríamos llamar el momento cero del nuevo paradigma-, que nos habituamos a considerar el mundo como comunicación y sistema: intercambio de mensajes entre grupos e individuos, en inextricable comunión de tres lenguajes con distintas expresiones temporales, pero no obstante siempre presentes: reproducción, producción y lenguaje.

Hasta el momento estamos sometidos a esa figura particular de una transición acelerada hacia nuevas formas de percepción y comprensión, en dónde parafraseando a Kuhn, podemos decir que lo que era ya no es más y lo que será aún no ha sido. Nuestros cuerpos, sin cesar reconfigurados en las dinámicas de sus interacciones con un medio cuyas transformaciones han entrado en la senda sin retorno de lo exponencial, se debaten buscando las razones que no quieren obtener, en el escenario ya siempre cambiante de una interfaz explicativa que no puede presentarse como teoría y que no conoce las reglas transmisivas de un simulacro sin códigos.

Como lo dijo Nagarjuna “aquí todo lo que es vacío es forma y todo lo que es forma es vacío, la forma es indiferenciable del contenido y el contenido es lo mismo que la forma”[i].

[i] Filósofo Budista Hindú de la corriente Mahayana, siglo II.